El debate actual entre Bitcoin Core y Bitcoin Knots no es una disputa por el código. Es una batalla por la esencia de Bitcoin.
Los orígenes cypherpunk de Bitcoin priorizan una filosofía: la soberanía individual, la resistencia al control centralizado y la creación de un dinero fuerte libre de manipulación. En ese marco, el código no es un simple conjunto de reglas técnicas: es una expresión de principios. La filosofía se debe reflejar en el código.
En la actualidad, muchos bitcoiners observan que los desarrolladores de Core se están desviando de la filosofía subyacente, ya sea por cambios de prioridades o por influencias externas (no digo que se les haya "comprado", pero la preocupación existe). Cuando los objetivos de algunos desarrolladores cambian, es natural que impulsen cambios en el código que reflejen su nueva posición. Y es igual de natural que el resto de la comunidad se oponga a cambios que no se alinean con la filosofía original de Bitcoin.
Antecedente
Un antecedente paradigmático de este asunto es la guerra del tamaño de bloque (2015–2017). En estos años tuvo lugar la llamada Blocksize War, una confrontación entre quienes querían aumentar el tamaño de los bloques para permitir más transacciones por segundo (lo que daría lugar a una red más rápida y “útil”), y quienes defendían mantener bloques pequeños para preservar la descentralización y la facilidad de operar nodos completos. Fue una disputa tanto técnica como filosófica, donde el verdadero campo de batalla era el propósito de Bitcoin y su gobernanza.
La disputa terminó en una bifurcación: por un lado, Bitcoin Cash (con bloques más grandes); por otro, Bitcoin que mantuvo el límite de 1 MB e implementó optimizaciones como SegWit y el desarrollo de soluciones de segunda capa como Lightning Network. Lo importante aquí es que la comunidad ya ha vivido una colisión que no se resolvió por consenso técnico, sino por ruptura ideológica. En muchos sentidos, el conflicto actual entre Core y Knots repite esa dinámica: distintas visiones de lo que Bitcoin debe ser. Y cuando los principios filosóficos entran en conflicto, el código puede convertirse en el campo de batalla. Como así está sucediendo.
El problema
La discusión actual trasluce una división en la comunidad de Bitcoin que combina aspectos técnicos, filosóficos y políticos. El debate Core/Knots se centra principalmente en el propósito de Bitcoin y en cómo debería gestionarse la red, especialmente en relación con el uso de la función OP_RETURN y el manejo de transacciones consideradas "spam".
Para muchos defensores de Knots, Bitcoin no es una capa de innovación “para cualquier cosa”, sino un sistema monetario que debe mantenerse lo más simple y robusto posible. Core, en cambio, adopta una filosofía muy diferente: “La red se está usando así, y no podemos evitarlo, así que mejor no poner barreras artificiales”. El problema es que Bitcoin Core es el cliente de referencia de Bitcoin, utilizado por la mayoría de los nodos de la red (actualmente un 87%).
Bitcoin Knots (13%) comparte la mayor parte del código de Core, pero introduce configuraciones adicionales que ofrecen mayor control al usuario sobre las políticas de los nodos, como filtros más estrictos para transacciones. Knots busca preservar la eficiencia y descentralización de la red, priorizando su uso monetario frente a otros usos.
El núcleo de la discusión
El núcleo técnico de la discusión gira en torno a la función OP_RETURN, que permite incrustar datos arbitrarios on chain (por ejemplo, metadatos, imágenes o tokens). Bitcoin Core limita(ba) OP_RETURN a 80 bytes por transacción, mientras que Knots es más restrictivo, con un límite de 42 bytes y filtros para rechazar transacciones consideradas "spam" (como tokens o datos no monetarios). Pero Bitcoin Core 30 elimina ese límite, permitiendo OP_RETURN con más de 80 bytes (teóricamente hasta 4 MB de datos, el límite general del tamaño de bloque). Además, relaja las políticas de retransmisión y mempool, eliminando restricciones que antes ayudaban a filtrar lo que se consideraba "spam". Si bien el límite de consenso impide múltiples salidas OP_RETURN o tamaños arbitrarios, la eliminación de restricciones en las políticas de retransmisión abre la puerta a transacciones con grandes cantidades de datos incrustados. Esto provocó que desde Knots se denunciara que Core estaba abriendo la puerta a usos no monetarios y a transacciones potencialmente abusivas que saturan la red.
El cambio promovido por Bitcoin Core desató una fuerte polémica. Los defensores de Core sostienen que las restricciones actuales son ineficaces, ya que los usuarios evaden los límites usando métodos alternativos (como protocolos Ordinals o Runes). Así que, según algunos desarrolladores de Core, eliminar los límites refleja los usos reales de la red y no compromete su funcionalidad como dinero. Otros defensores de Core no comparten esta visión y están cambiando sus nodos a Knots (al menos ya lo han hecho 900).
Los defensores de Bitcoin Knots (con Luke Dashjr a la cabeza), consideran que permitir datos excesivos on chain va en contra del propósito original de Bitcoin como "dinero electrónico peer-to-peer". Aunque Dashjr es una figura controvertida, representa la última línea de defensa frente a lo que se considera una desviación peligrosa de la filosofía original. Knots, con sus filtros, busca priorizar transacciones monetarias, limitando el uso de la red para otros usos no deseados. A diferencia de lo que sucede con Knots, la eliminación de las restricciones por parte de Core aumenta los requisitos de almacenamiento de los nodos, perjudicando la descentralización de la red (al ser cada vez más costoso operar nodos) y recordándonos inevitablemente la Blocksize War.
El crecimiento de Knots
La estadística de crecimiento de nodos Knots es muy potente. Esto se debe a que no es solo un movimiento técnico, sino una respuesta política y filosófica de los operadores de nodos. Esta circunstancia rompe con la idea de que "Core es incuestionable". ¿Cuáles son los motivos de la gran migración a Knots (cada vez más acelerada)?:
1. Muchos operadores de nodos creen que Bitcoin debería ser exclusivamente un sistema monetario, no una base de datos para NFT, tokens u otros usos. Knots permite a los usuarios filtrar transacciones que consideran "spam", alineándose con esta visión.
2. Knots ofrece configuraciones avanzadas, como límites más estrictos en OP_RETURN, rechazo de transacciones de bajo valor ("rejectparasites") y políticas personalizadas de retransmisión, que dan a los operadores mayor control sobre sus nodos.
3. La decisión de Bitcoin Core se considera conflictiva y es impopular entre los usuarios de nodos. También se ha percibido como poco transparente o incluso influenciada por intereses externos (el cambio en OP_RETURN fue propuesto por Peter Todd con respaldo de figuras vinculadas a Chaincode Labs, lo que ha alimentado percepciones de influencia corporativa). Ello ha generado una gran desconfianza.
4. Se critica el centralismo técnico de Core. Se percibe a sus desarrolladores como una élite tecnocrática que desestima las preocupaciones filosóficas de los operadores de nodos.
5. Se considera que usar Knots fortalece la red al reducir la dependencia de un solo cliente. A pesar de que inicialmente se cuestionaba que Knots dependiera de un único desarrollador, hoy está claro que más colaboradores se están sumando al proyecto. A esto hay que sumarle el hecho de que Knots sigue compartiendo el grueso del código de Core, en el que participó activamente Luke Dashjr, el desarrollador de Knots.
6. Los defensores de Knots argumentan que Core impone políticas que limitan la libertad de los usuarios. Mientras que algunos usuarios de Core ven los filtros de Knots como una forma de censura. Es decir, lo que para unos es censura, para otros es libertad: Lo cierto es que Knots no impone filtros a la red, sino que da herramientas para que cada nodo defina lo que acepta o retransmite.
Todo esto ha tenido como consecuencia un gran aumento del número de nodos de Knots (222 oct. 2024 → +2,800 jun. 2025), lo que indica un claro rechazo a las actualizaciones de Core. La tendencia ascendente continúa y en la actualidad se ha acelerado.
Conclusión
Como se decía al comienzo, la discusión entre Bitcoin Core y Bitcoin Knots no es solo técnica, sino también filosófica. El quid de la cuestión es si Bitcoin debe ser únicamente un sistema monetario o también una plataforma para datos arbitrarios. Los seguidores de Knots defienden un enfoque purista que prioriza la descentralización y la eficiencia monetaria. Y lo que yo estoy observando es que los desarrolladores de Core se escudan en asuntos técnicos para esquivar la polémica suscitada (o esconder sus verdaderas intenciones). Desestiman las preocupaciones filosóficas de los usuarios de nodos de Bitcoin y se postulan como una élite tecnocrática que elude una circunstancia fundamental: la filosofía guía el código, no al revés. El código debe ir unido a los principios.
Cuando el código no va unido a los principios, pierde su esencia. Y esto es muy peligroso, puesto que si la visión filosófica del proyecto se aleja de sus raíces, el desacuerdo se convierte en una lucha por el alma del proyecto. La tensión Core/Knots tiene que ver con la esencia de Bitcoin. El fondo no es una discusión técnica, sino filosófica. Y si algo nos enseñó el conflicto del tamaño de bloque, es que cuando esa visión se quiebra, el consenso se rompe y la comunidad se redefine.
En ese contexto, no se puede ignorar el rol de la minería. Bitcoin Core sostiene que los mineros deben ser neutrales y aceptar cualquier transacción válida que pague comisión (o, al menos, no restringe por diseño el tipo de datos mientras la transacción sea válida y pague comisión). Pero la experiencia reciente con protocolos como Ordinals y Runes ha demostrado que los incentivos económicos pueden llevar a los mineros a llenar bloques con datos arbitrarios, incluso si eso perjudica a los usuarios que simplemente quieren usar Bitcoin como dinero. Ordinals trajo consigo una avalancha de “inscripciones” que elevaron las tarifas hasta niveles absurdos, desplazando transacciones monetarias. Runes, por su parte, permite emitir tokens de forma masiva, sin necesidad de OP_RETURN, pero con efectos similares: bloques saturados y nodos bajo presión. Estas herramientas demuestran que, aunque el protocolo base no haya sido diseñado para esto, la red puede ser desviada de su propósito original por incentivos económicos. Y esto reaviva el conflicto.
Knots se posiciona como una herramienta para reequilibrar ese poder de la minería: da a los operadores de nodos herramientas para filtrar las transacciones que consideran dañinas o no deseadas. No se trata de censura a nivel de red, sino de soberanía local: cada nodo decide qué retransmite y qué no. Es decir, permite a los operadores de nodos defenderse. Es, en definitiva, una forma de preservar el carácter monetario de Bitcoin frente a usos parasitarios incentivados por la especulación y tolerados por una supuesta neutralidad.
Así que volvemos al punto de partida: la discusión entre Core y Knots es filosófica. En última instancia, se trata de quién decide qué es Bitcoin y, más importante aún, de si estamos dispuestos a defender nuestra visión de Bitcoin.