Publico el siguiente mensaje en mi perfil de LinkedIn:
Mi tesis doctoral (Bitcoin como dinero fuerte: Una interpretación de Bitcoin a la luz de la Escuela Austriaca de Economía) ya está disponible en el repositorio de la URJC. https://lnkd.in/eMNQ7e4p
Y Vinicius Alonso responde lo siguiente:
El ser humano presenta una característica prácticamente singular en el universo conocido: la capacidad de sostener creencias como actos de fe abstracta.
A partir de dicha facultad se articulan la mayoría de las estructuras observables en el ámbito de la organización social.
En este contexto, la moneda surge históricamente como un instrumento de intercambio respaldado por valor intrínseco, como ejemplo metales preciosos como el oro o la plata etc. Con el paso del tiempo, este respaldo fue desplazándose progresivamente hacia valores de carácter institucional, sustentados en la autoridad de los Estados, sus marcos jurídicos y las garantías legales asociadas. Pero aún basado en convertibilidad.
Hace medio siglo, con la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro, se produjo una ruptura estructural del patrón monetario previo. Desde entonces, las monedas fiduciarias se fundamentan exclusivamente en la confianza colectiva y en la credibilidad institucional del emisor soberano y su base económica. Ese sería el lastro - la fiducia.
En consecuencia, reitero que las monedas carentes de un emisor identificado y desprovistas de un marco institucional estatal constituyen, en última instancia, un ejercicio colectivo de fe abstracta.
Esta es mi réplica:
Estimado Vinicius Alonso,
Agradezco su exposición sobre el rol de la fe abstracta en las estructuras sociales y en el sistema monetario. Sin embargo, en líneas generales, no comparto su perspectiva, y me gustaría argumentar mi desacuerdo de manera estructurada, basándome en principios epistemológicos y económicos sólidos, particularmente aquellos derivados de la Escuela Austriaca de Economía. Permítame desglosar mis puntos de réplica.
En primer lugar, no comparto la afirmación de que la mayoría de las estructuras observables en el ámbito de la organización social se articulen a partir de la capacidad de sostener creencias como actos de fe abstracta. Esta afirmación subestima los procesos sociales evolutivos y espontáneos. Sobre este asunto, recomiendo la teoría de las instituciones sociales de la Escuela Austriaca. Muchas estructuras sociales no emergen de actos de fe ni de planificaciones deliberadas, sino como producto de interacciones humanas voluntarias y evolutivas. El dinero, por ejemplo, surgió espontáneamente en el mercado como un medio de intercambio (indirecto) que resolvía problemas prácticos implícitos en el trueque, y ello sin necesidad de un diseño central o de una "fe colectiva" impuesta. En ese sentido, recomiendo lecturas como "El origen del dinero" de Menger para profundizar en cómo estas instituciones evolucionan orgánicamente, basadas en acciones humanas praxeológicas (y no en creencias abstractas).
En segundo lugar, el respaldo no fue “desplazándose progresivamente” desde los metales preciosos hacia la “autoridad” de los Estados, sino que ese desplazamiento tuvo lugar debido al poder y la coacción de los Estados, que no es lo mismo. Los Estados han monopolizado la emisión monetaria mediante leyes, regulaciones y fuerza coercitiva. La suspensión de la convertibilidad del dólar en oro en 1971 (el fin del patrón oro bajo Nixon) no fue un avance natural, sino una decisión estatal que eliminó la disciplina del mercado y permitió la inflación ilimitada. Esto no se basó en “fe abstracta” o en "confianza colectiva", sino en el monopolio legal que obliga a los ciudadanos a usar esa moneda (por ejemplo, para pagar impuestos). La Escuela Austriaca critica este intervencionismo estatal como distorsión del orden espontáneo, y ve en él una fuente de ciclos económicos y desigualdad, no un progreso basado en credibilidad institucional.
En tercer lugar, la consecuencia que usted deriva -que las monedas fiduciarias se fundamentan exclusivamente en confianza y credibilidad del emisor soberano, y que monedas sin emisor identificado ni marco estatal (como Bitcoin) son un "ejercicio de fe abstracta"- no se sigue lógicamente de las premisas. Los datos que menciona son solo observaciones empíricas pasadas (datos históricos). No permiten deducir una norma general o una teoría universal, ya que la historia no predice el futuro ni prueba causalidades inevitables. Aquí, la metodología epistemológica de la Escuela Austriaca es clave: que se basa en el razonamiento praxeológico (deducción a partir del axioma de la acción humana), no en el inductivismo empírico. Como señala Mises en "La acción humana", las "leyes" económicas no se derivan de datos históricos, sino de la lógica de la acción individual.
Y en cuarto lugar, tampoco comparto que las monedas carentes de un emisor identificado y desprovistas de un marco institucional estatal (como Bitcoin) constituyan un ejercicio de fe abstracta. No se puede concluir, sin más explicación, que toda moneda sin estado sea "fe abstracta". Debemos evaluar cada sistema por sus méritos y su capacidad para resolver problemas reales. Y, en mi opinión, Bitcoin está respaldado por características y circunstancias que lo hacen atractivo a los ojos de muchas personas:
-Desde un punto de vista organizativo: Bitcoin está respaldado por la descentralización de los nodos, lo que distribuye el control y evita puntos únicos de fallo.
-Desde un punto de vista económico: Su respaldo radica en la escasez programada (límite de 21 millones de unidades), que previene la inflación arbitraria.
-Desde un punto de vista técnico: Está respaldado por el hash rate (poder computacional de la red), la irreversibilidad de las transacciones, la infalsificabilidad de sus unidades monetarias y la Prueba de Trabajo (PoW).
-Desde el punto de vista de la confianza: Bitcoin está respaldado por la inmutabilidad de su política monetaria y, por tanto, por su credibilidad.
-Desde un punto de vista operativo: Bitcoin está respaldado por la incensurabilidad.
-Desde un punto de vista praxeológico: Bitcoin está respaldado por la voluntariedad y por su condición de propiedad pura.
En definitiva, mi opinión es que si Bitcoin llegara a convertirse en dinero (un medio de intercambio común y generalmente aceptado) sería el dinero mejor respaldado de la historia y cogería el testigo del oro como el dinero fuerte por excelencia.
Saludos cordiales.